El déficit de áreas verdes en las ciudades tiene un costo muy alto. Según la ONU,” el 88% de los habitantes de zonas urbanas en el mundo están expuestos a niveles de contaminación del aire exterior superiores a lo establecido como tolerable por la Organización Mundial de la Salud (OMS)”.
¡Descubre la alarmante realidad de Lima! La ciudad enfrenta una grave escasez de áreas verdes, con una carencia de 56 millones de metros cuadrados, según el reciente Inventario de Áreas Verdes de la Municipalidad Metropolitana de Lima. El Ministro de Ambiente, Modesto Montoya, recomienda enfáticamente que la población continúe usando mascarilla. Ya no solo como medida preventiva contra la pandemia de COVID-19, sino también debido a los alarmantes niveles de contaminación del aire en la ciudad, que representan un grave riesgo para la salud pública.
“La contaminación atmosférica contribuye al aumento de las temperaturas y a episodios de olas de calor, que conllevan mayores tasas de mortalidad por infarto de miocardio o derrame cerebral a causa de la fatiga térmica, en particular en personas con enfermedades no transmisibles preexistentes”, ha escrito Nathalie Röbbel, Oficial Técnica del Departamento de Salud Pública, Medio Ambiente y Determinantes Sociales de la Salud de la OMS. Según el Servicio Nacional de Meteorología e Hidrología del Perú (Senamhi), “el incremento de concentraciones de partículas PM2.5 y PM10 -asociadas al aumento de las enfermedades respiratorias y la disminución del funcionamiento pulmonar- han alcanzado niveles insalubres en distritos como Carabayllo, Villa María del Triunfo, San Juan de Lurigancho y San Borja”.
La Administración Técnica Forestal y de Fauna Silvestre (ATFFS) de Lambayeque ha organizado un enriquecedor conversatorio virtual. En este evento se abordará el marco legal vigente para la forestería urbana en el Perú, explorando a fondo las políticas municipales que pueden implementarse para el manejo integral de áreas verdes. Además, se discutirán detalladamente los lineamientos existentes para reconocer y proteger árboles de especial importancia dentro de su ámbito geográfico, ofreciendo una oportunidad invaluable para comprender y mejorar la gestión ambiental en nuestras ciudades.
Por lo anterior, mencionaré algunos beneficios de la arborización urbana
Los árboles desempeñan un papel crucial en el aumento de la biodiversidad urbana. No solo embellecen nuestras ciudades, sino que también crean hábitats vitales, proporcionan alimento y ofrecen protección tanto para plantas como para animales, fomentando un entorno más saludable y sostenible para todas las formas de vida.
Los árboles grandes actúan como magníficos filtros naturales para los contaminantes urbanos y las partículas finas, tales como el polvo, la suciedad y el humo. A través de sus hojas y corteza, atrapan eficazmente estas impurezas, purificando el aire que respiramos y contribuyendo significativamente a un entorno urbano más limpio y saludable.
En las ciudades con altos niveles de contaminación, los árboles se erigen como guardianes esenciales de nuestra salud y bienestar. Estos gigantes verdes mejoran significativamente la calidad del aire, transformando las ciudades en lugares mucho más saludables para vivir. Un solo árbol maduro tiene la capacidad de absorber hasta 150 kg de gases contaminantes al año, desempeñando así un papel fundamental en la lucha contra el cambio climático y la mitigación de sus efectos. La presencia de árboles urbanos es, sin duda, una poderosa herramienta para crear un futuro más limpio y sostenible.
Numerosas investigaciones demuestran que vivir cerca de espacios verdes urbanos y tener acceso a ellos puede tener un impacto positivo y significativo en la salud física y mental. Estos beneficios incluyen la reducción de la presión arterial alta y el alivio del estrés. A su vez, esta conexión con la naturaleza contribuye al bienestar integral de las comunidades urbanas, promoviendo una vida más sana y equilibrada para sus habitantes.
Los árboles maduros son cruciales en la regulación del flujo de agua, desempeñando un papel vital en la prevención de inundaciones y la mitigación del riesgo de desastres naturales. Un ejemplo impresionante es un árbol de hoja perenne maduro, que puede interceptar más de 15,000 litros de agua al año, demostrando así su capacidad para proteger y estabilizar nuestros entornos urbanos y naturales.
La ubicación estratégica de los árboles en las ciudades tiene el potencial de transformar el clima urbano, enfriando el aire entre 2 y 8 grados centígrados. Por ejemplo, plantar árboles en lugares clave alrededor de los edificios puede reducir la necesidad de aire acondicionado en un 30 por ciento, mientras que en invierno, su presencia puede disminuir las facturas de calefacción en un 20 a 50 por ciento. Este enfriamiento natural no solo mejora la comodidad de los residentes, sino que también contribuye a la eficiencia energética y a la sostenibilidad ambiental.
La planificación cuidadosa de paisajes urbanos con árboles puede tener un impacto notable en el valor de la propiedad, incrementándose hasta en un 20 por ciento. Además, estos espacios verdes atraen tanto al turismo como a los negocios, transformando las ciudades en destinos más deseables y prósperos. La presencia de árboles no solo embellece el entorno urbano, sino que también impulsa el crecimiento económico y fortalece la comunidad.
Una ciudad que cuenta con una infraestructura verde bien planificada y gestionada no solo se vuelve más sostenible, sino que también mejora significativamente la calidad de vida de sus habitantes. Además, está mejor preparada para enfrentar los desafíos del cambio climático, reduce el riesgo de desastres naturales y promueve la conservación de los ecosistemas locales.